La miel de lavanda (también llamada miel de espliego) es una joya dentro del mundo apícola, tanto por su exquisito aroma floral como por sus propiedades terapéuticas.

1. Antiséptica y antibacteriana

Muy útil para prevenir o tratar infecciones, tanto respiratorias como digestivas.

Rica en compuestos como el linalol y otros terpenos con acción antimicrobiana.

 2. Alivio de afecciones respiratorias

Calma la tos seca o productiva, faringitis, y alivia la congestión.

Puede utilizarse sola o en infusiones con plantas como tomillo o salvia.

 3. Relajante y sedante suave

Su contenido natural en aceites esenciales de lavanda le da propiedades ansiolíticas y calmantes.

Ideal para personas con estrés, insomnio o ansiedad leve.

Puede tomarse antes de dormir para mejorar el descanso.

 4. Antiinflamatoria

Ayuda a calmar dolores de garganta, inflamación intestinal y molestias articulares leves.

También puede aplicarse en quemaduras leves y pequeñas heridas.

5. Uso cosmético

Se emplea en mascarillas y cremas por su poder cicatrizante y calmante para pieles sensibles o con acné.

También como base en bálsamos caseros.

 6. Digestiva y antiespasmódica

Favorece una digestión suave y puede aliviar gases y cólicos.

Sola o acompañada de infusiones (anís, menta, manzanilla).